¿Alguna vez has estado desesperado? Es decir, tener un problema que si
no lo resuelves pronto te ocurrirá algo muy desagradable, bueno, espero no ser
el único, y si usted no lo ha estado, en verdad espero que nunca le pase.
No recuerdo de donde venía aquel día, pero lo único que quería era
llegar a casa, estaba desesperado, tenía que llegar pronto porque de lo
contrario sabía que algo muy desagradable me iba a ocurrir, así que cuando al
fin llegué, entre rápidamente y me senté de inmediato en el "Trono",
y así sentirme aliviado, y libre de mis penas.
Pero no me había percatado de algo, (y aunque si
había papel higiénico), me había olvidado por completo de cerrar la puerta del
baño. Al principio no me preocupé, hasta que noté que había llegado gente a casa,
no sabía qué hacer, estaba en apuros, y me cuestionaba ¿Y si entran y me ven
así? ¡Oh Por Dios! ¿Qué hago ahora?
«Pero, ¿Por qué no te paras y la cierras tú mismo la puerta de una buena
vez?» No podía, entiéndeme, estaba grave.
Así que no tenía otra opción, y sin pensarlo más dirigí mi brazo hacia
la puerta y le dije. — Puerta, en el nombre de Jesús te ordeno que te cierres.
Y aunque ustedes no lo crean, la puerta no se cerró, pensé que no lo había
dicho con fe suficiente, así que lo intente otra vez, y
otra, y otra, y otra vez, hasta llegar a la séptima, y solo porque era la
séptima, por mi madre santísima, que solo porque era la séptima la puerta,
tampoco se cerró.
Pero algo aprendí con el tiempo de este proceso, «Nunca voy a conocer
al Dios de lo sobrenatural sin antes haber conocido al Dios de los procesos».
Todos sin acepción hemos querido ver al menos un milagro en nuestras vidas,
algo sobrenatural que nos impulse a creer firmemente en la existencia de una
deidad divina, ¿Pero por qué esto no sucede con frecuencia? ¿Por qué cuesta
tanto obtener un milagro de Dios? ¿A cazo no dice la Biblia, «Pedid y os se les
dará?
Lo primero que pensamos cuando no recibimos lo que pedimos es que NO
tenemos la FE NECESARIA para lograr el milagro, hasta que un día con el tiempo
aprendemos la lección y al abrir los ojos entendemos entre ellas estas dos
cosas.
1ro. Lo sobrenatural sucede cuando
Dios lo decida.
2do. Lo sobrenatural sucede cuando ya te encuentras preparado (Procesado)
para recibirla.
Aprender esto nos ayuda a confiar más en él, rompiendo todo el enojo que
sentimos cuando el señor no nos responde cuando queremos; el problema está que
sabemos que él con solo pronunciar una palabra se mueve lo
inamovible, ¿Entonces por qué no puede solucionarle un problema a su hijo?
Sabemos que el tiene suficiente poder para mover montañas, para multiplicar
peces, para sanar enfermos, para resucitar muertos, etc. ¿Pero por qué no puede
cerrar una estúpida puerta?
La respuesta es sencilla, Lo sobrenatural sucede cuando Dios lo
decida, nosotros no tenemos autoridad para presionar a Dios para que haga
algo que queremos, eso nunca va a pasar, él espera pacientemente el momento
apropiado, la hora exacta y el día correcto, porque hay una gran importancia en
ser procesado antes de recibir lo que Dios tiene para nosotros.
Sólo imagínese que Dios nos dé siempre lo que le pedimos y cuando lo
pedimos, ¿no vendríamos más a él por sus beneficios que por amor mismo? Ese no
es el plan, él quiere darte lo que pides, claro, pero solo si te conviene, y a
su debido tiempo, él quiere prepararte, procesarte para que no seas una uva.
Ser procesado es crucial en nuestro crecimiento personal, sin el no podemos
obtener el carácter para recibir todo lo que ha de venir, es difícil
asimilarlo, pero una vez comprendido podemos entender ciertas cosas, los «¿Por
qué?» se hacen más fáciles de comprender, las preguntas terminan
desvaneciéndose.
Una cosa es segura, nunca vamos a poder comprender como Dios trabaja en
nuestras vidas, muchas veces pasaremos por ciertos procesos que nos parecerán
injustos e inmeresibles, quizás culparemos a Dios en busca de respuestas, y nos
enojaremos con él por su forma lenta y silenciosa de responder, pero es
que su soberanía obra de manera que nosotros no podemos entender,
los procesos nos dolerán muchísimo, pero Dios se perfecciona en nuestras
debilidades, solo tenemos que creer en él, dejar que nos procese para así
crecer, tus preguntas obtendrán respuestas una vez haya concluido tu proceso.
Solo creé, solo confía.
"No puedes ser siempre una uva,
tienes que ser procesado para convertirte en vino, no puedes ser siempre una
semilla, tienes que ser sembrado y procesado para convertirte en un albor que
de frutos a su tiempo..." - Sr. Perez (Aposento Alto).
Esto puede aplicarse a absolutamente todo, solo permite ser procesado.
No es simple, pero será necesario. Créeme.
® Albert Rafael - El Proceso.
© TrinidadSantaPredica™. CopyRight 2014.
Todos los derechos reservados.
Inspiración del libro: El Dios de los procesos. Riqui Gell.